A call to compassion and mercy
President Donald Trump's recent executive order on migrants and the Department of Homeland Security's (DHS) aggressive interventions in Puerto Rico and other United States jurisdictions represent a serious threat to the fundamental values of justice, human dignity, and civil rights that sustain our democracy. These measures have been directed not only against undocumented immigrants, but also towards those with up-to-date documents. These actions are a setback that erode the principles of equity and respect for human rights.
We have already begun to witness these interventions in different areas in Puerto Rico, especially the San Juan area. Men, women and families who are part of our communities, who contribute with their work daily, due to these actions, are experiencing moments of anguish and fear. People who come to our soil full of dreams and where it is often difficult for them to complete the processes to regularize their immigration status. It is essential that, as citizens and community leaders, we demand that these practices stop while respecting the rights of all individuals, regardless of their immigration status.
The Presbyterian Church in the United States (PCUSA) has been consistent in its position in favor of justice for immigrants and refugees. Grounded in the biblical mandate to love the stranger and practice hospitality (Leviticus 19:33-34, Matthew 25:35), the PCUSA condemns any policy that dehumanizes immigrants or seeks to divide communities through fear and exclusion. In its commitment to social justice, the church advocates for comprehensive immigration reform, dignified treatment of immigrants and refugees, and an end to mass detention and deportation practices that separate families and cause unnecessary suffering.
The Boriquén Presbyterian Synod in Puerto Rico, its Presbyteries and organizations, call for unity to be next to the most vulnerable, to courageously denounce injustices and to actively work for an immigration system that reflects compassion and mercy.
Posición del Sínodo Presbiteriano Boriquén; los Presbiterios del Suroeste, Noroeste y San Juan; y las Organizaciones de Mujeres y Hombres Presbiterianos en Puerto Rico con relación a las deportaciones de inmigrantes en Estados Unidos, sus territorios y Puerto Rico Un llamado a la compasión y a la misericordia
La reciente orden ejecutiva del presidente Donald Trump sobre los migrantes y las intervenciones agresivas del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en Puerto Rico y otras jurisdicciones de los Estados Unidos representan una grave amenaza a los valores fundamentales de justicia, dignidad humana y derechos civiles que sostienen nuestra democracia. Estas medidas, han sido dirigidas, no solo contra inmigrantes indocumentados, sino también hacia aquellos con sus documentos al día. Estas acciones son un retroceso que erosiona los principios de equidad y respeto a los derechos humanos.
Ya hemos comenzado a ser testigos de estas intervenciones en distintas áreas en Puerto Rico en especial el área de San Juan. Hombres, mujeres y familias que son parte de nuestras comunidades, que aportan con su trabajo diariamente, debido a estas acciones, están viviendo momentos de angustia y miedo. Personas que llegan hasta nuestro suelo llenos de sueños y donde muchas veces se le hace difícil completar los procesos para regularizar su estatus migratorio. Es fundamental que, como ciudadanos y líderes comunitarios, exijamos que estas prácticas se detengan respetando los derechos de todos los individuos, independientemente de sue status migratorio.
SINODO PRESBITERIANO BORIQUEN
La Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos (PCUSA) ha sido consistente en su posición a favor de la justicia para los inmigrantes y refugiados. Basada en el mandato bíblico de amar al extranjero y practicar la hospitalidad (Levítico 19:33-34, Mateo 25:35), la PCUSA condena cualquier política que deshumanice a los inmigrantes o que busque dividir comunidades a través del miedo y la exclusión. En su compromiso con la justicia social, la iglesia aboga por una reforma migratoria integral, un trato digno para los inmigrantes y refugiados, y el fin de las prácticas de detención y deportación masiva que separan familias y causan sufrimiento innecesario.
El Sínodo Presbiteriano Boriquén en Puerto Rico, sus Presbiterios y organizaciones, hacemos un llamado de unidad para estar al lado de los más vulnerables, a denunciar con valentía las injusticias y a trabajar activamente por un sistema migratorio que refleje compasión y misericordia.
Sigamos el ejemplo de Cristo, quien extendió amor y cuidado a los marginados, recordando que cuando servimos y protegemos a los más vulnerables, estamos sirviendo a Dios mismo (Mateo 25)
No comments:
Post a Comment